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Hace poco, se cumplió el 2do aniversario de que me contrataron en mi primer empleo y hace un poco menos, se cumplió un año de que me despidieron…

Es diferente que te cuenten algo a vivirlo en carne propia pero si de algo te sirve, me gustaría compartirte 4 cosas que aprendí/confirmé al tener un empleo “tradicional”.

 

1 Aprendí por qué para la gente es tan importante el trabajo

Primero porque que es una actividad que se vuelve parte de nuestra identidad porque absorbe mucho de nosotros en todo sentido, en pensamiento, en dedicación, en tiempo; Al punto en que cuando le preguntas a alguien ¿Quién es? o ¿Qué es?  te responde con el trabajo que desempeña, con su puesto, no con quién es en realidad.

Antes de decirte: soy padre de familia, soy amante de la música, soy alguien alegre, etc. Te dicen: soy supervisor en tal lugar, soy empleado en tal otro lugar.

Y además, claro, el dineroLas personas se aferran a su trabajo porque como suele ser la única fuente de ingresos que conocen, el perderla no solo significa perder parte de su identidad sino perder la estabilidad economica, dejar de percibir dinero que se ocupa para ropa, para servicios, para la comida.

2 Entendí por qué, siendo empleado, cuesta mucho trabajo ahorrar

Todo se resume en una palabra: seguridad. Por supuesto, una falsa seguridad pero es lo que nos hace sentir un empleo y aquí en confianza, te digo que lo aprendí porque me ganó por momentos la tentación.

Gastas a gusto porque ya sabes cuando será tu próximo pago y ya sabes de cuanto será.

Cuando inviertes, te llega un peso y lo cuidas, procuras no perderlo, no desperdiciarlo, hacerlo crecer porque no sabes cuando llegará el próximo, en un trabajo no existe ese sentimiento, te pagan constante, te pagan lo mismo. No importa si hoy te acabas lo de la quincena, piensas: siempre vendrá más y ya se cuando lo hará.

Reflexionas menos tus compras, sacas tus caprichos a meses sin intereses porque con tu ingreso, supuestamente “constante y seguro” calculas y dices: si, si me alcanza para la mensualidad, dentro de 12 meses, claro que seguiré percibiendo lo mismo o incluso más.

3 Comprendí la dificultad de hacer algo adicional al trabajo

La comodidad absoluta. Todo en la vida, incluido el hacer dinero, es cuestión de las decisiones que tomamos y es mucho mucho muy fácil que tengas un jefe al que le respondas y que te diga que quiere, como lo quiere y para cuando lo quiere, que te diga a que hora entras y a cual sales.

Y aunque le enojen las condiciones de su jefe, es más cómodo que cambiar de rumbo y tomar sus propias decisiones, donde invertir su dinero, que negocio abrir, que clientes conseguir, que comprar y que vender, porque claro, eso tiene consecuencias y si todo sale mal, es más fácil decir: salió mal porque hice lo que mi jefe dijo a decir: salió mal porque yo tomé la decisión.

4 La mayoría se estancará en un trabajo

La idea con la que la mayoría llega es hacer bien su trabajo, ganar experiencia y ya sea que lo promuevan, que le den un aumento o intentar moverse a un empleo mejor pagado pero siempre mantenerse en un empleo, lo que complica un poco las cosas porque hay mucha competencia, si en una empresa hay 50 empleados siguiendo ese plan pero solo 3 supervisores, ¿Cuántos de esos 50 se quedarán atrás en el camino.

¿No es acaso más peligroso estar dejando que nuestro futuro profesional siempre dependa de los demás? ¿Depender de que el reclutador en una empresa nos considere? ¿que un aumento de salario o promoción dependa de un superior?

Pero… No todo fue negatividad

Son 4 puntos a reflexionar,  cosas que yo ya sabía antes de entrar pero cuyo impacto en mi, no había sido tan fuerte sino hasta que las viví.

Pero el trabajo también me dejó un montón de cosas positivas, aprendizaje, amistades, aprender que cosas quiero emular y que no quiero hacer ya sea en un negocio propio o en otra empresa, tuve también esa etapa de “recuerdas todo lo que aprendiste en la escuela?” bueno, en la realidad se hace totalmente distinto.

Lo más destabale es que aprendí por qué llevar unas finanzas sanas es tan complejo, no sientes la necesidad de hacerlo, tus amigos y familia se preocupaban porque tuvieras trabajo y cuando lo tienes, están felices por ti, te dicen que tienes la fortuna de si tener trabajo, te recuerdan lo dificil que es encontrar trabajo pero nadie se preocupa por si estás invirtiendo.

Ves a tus amigos y como gastan igual que tú, como también sufren a finales de quincena, como no se preocupan sobre su retiro, sobre inversiones, crees que es normal, crees que es lo correcto y hasta bromeas al respecto.

Y desgraciadamente, para todas esas personas que no tienen la iniciativa o interés en estos temas espontáneamente, la realización de que debieron empezar antes, hasta donde sé, solo llega en tres momentos: o cuando se dan cuenta de que el retiro está cerca, cuando tienen un cambio en su vida fuerte que implique un cambio de gastos como un hijo, la adquisición de un hogar o algo similar y finalmente, cuando son despedidos de su trabajo… situación en la que yo me vi también hace un año pero esa es historia para otro momento.